Biografía:
Thrall, hijo de Durotan, es el líder actual del Anillo de la Tierra, antiguo Jefe de Guerra y fundador de la Nueva Horda, quien fue precedido por Garrosh Grito Infernal. En IconoWoWMini.gif residía en el Fuerte Grommash en Orgrimmar. Adicionalmente es posible encontrarlo en la Instance de Escape from Durnholde Keep en las Cavernas del Tiempo.
Juventud:
Thrall es hijo de Durotan, antiguo Jefe del clan Frostwolf, y de Draka.
Cuando era sólo un bebé, fue encontrado por Aedelas Blackmoore junto a los cadáveres de sus padres. El por entonces comandante encargado de capturar a los orcos errantes que quedaban tras el fin de la Segunda Guerra le dio el nombre de Thrall; que es otra forma de decir "esclavo" en lenguaje humano. Blackmoore se lo llevó a Durnholde Keep, su fortaleza, donde creció como un gran gladiador, mezclando la fiereza de un orco con la estrategia e inteligencia de un humano.
Durante su entrenamiento recibió abundantes golpes y palizas, pero fue atendido por una humana llamada Clannia y creció con su hija Taretha. Thrall demostró que, además de ser un gran luchador, también era un excelente estudiante. Sin embargo los abundantes golpes que recibía de Aedelas Blackmoore, tanto dentro como fuera de su instrucción de guerrero, empezaron a pasar factura. En las cartas que secretamente se escribían Thrall y Taretha, el orco le confesó a la humana que deseaba escapar de allí y ganar su libertad.
Taretha decidió ayudarlo y creó una distracción en el interior de la fortaleza de Durnholde para que Thrall escapara. Cuando más tarde se encontraron en una cueva cercana, Taretha le proporcionó comida y provisiones. Tras esto, Thrall abandonó Durnholde prometiendo no volver jamás. Lamentablemente, Thrall fue capturado e ingresó en un campo de internamiento para orcos liderado por Lorin Remka. Allí conoció a un anciano orco llamado Kelgar, que le habló de la corrupción de Gul'dan y de cómo los viejos caminos habrían resultado mejores para la Horda. También le habló de Grom Hellscream, líder del Clan Warsong, que pensaba de la misma manera. Cuando otro orco dijo a Thrall que Blackmoore había llegado al campamento buscándolo, Thrall escapó de nuevo, y fue a buscar a Grom Hellscream.
Los Orcos:
Después de encontrar a su hermano Grom, este lo acogió y le enseñó el idioma orco. Al comprobar el manto que envolvía a Thrall cuando fue encontrado, Grom le dijo que provenía de orcos exiliados del clan Clan Frostwolf. Después de pasar algún tiempo con Hellscream, Thrall decidió marcharse por un tiempo, con el fin de buscar sus raíces en las Montañas de Alterac.
Allí fue rescatado por el clan Frostwolf tras quedar exhausto por el largo viaje que había realizado. Ya en su campamento, Thrall conoció a Drek'Thar, quien dijo que era hijo de Durotan, el antiguo Jefe del clan. Después de haber encontrado por fin su lugar, Drek'Thar enseñó a Thrall los antiguos caminos de la Horda, antes de la corrupción de Gul'dan, y así Thrall fue aceptado como uno más del clan. Un lobo gélido llamado Snowsong, se unió a Thrall como acompañante.
No pasó mucho tiempo hasta que Drek'thar lo llamó para estar los dos a solas en un lugar apartado que Thrall nunca había visto antes. Allí se iba a producir su iniciación. En una de las experiencias más espirituales de su vida, Thrall contactó con los espíritus de la Tierra, Aire, Fuego, Agua y lo Salvaje, convirtiéndose en el primer chamán orco de la Horda desde que Gul'dan se corrompió. Cuando regresó al campamento se había convertido en un orco nuevo, de los pocos que habían descubierto y comprendido los orígenes de su gente lo que le facilitaría su labor como nuevo Jefe de su clan. Fue un evento simbólico y significativo, ya que el hecho de ser aceptado por los espíritus significaba también que estos perdonaban a los orcos por sus devaneos con los poderes demoníacos en el pasado. Thrall se había convertido en el primero de una nueva generación de orcos.
Un extraño forastero llegó entonces al campamento. Thrall lo recibió cordialmente, pero se enfadó cuando el extranjero acusó al clan Frostwolf de esconderse en las montañas. El forastero dijo algunas cosas que hirieron y enfurecieron a Thrall faltando al respeto a su amigo Grom Hellscream por lo que se produjo un duelo entre ambos. El extraño descubrió bajo su capa una pesada armadura negra y un enorme martillo pero Thrall consiguió desarmarlo. Fue entonces cuando ese estraño reveló su identidad como Orgrim Doomhammer, el Jefe de Guerra de la Horda. Doomhammer había contactado con Drek'Thar tras enterarse del retorno del hijo de Durotan y decidió provocar una pelea para ver si el rumor era cierto y merecía la pena. Thrall no sólo fue capaz de desafiar a Doomhammer, sino también de vencerlo, algo que nadie, excepto su padre Durotan, había conseguido nunca.
Doomhammer nombró a Thrall segundo al mando y le explico sus planes para liberar a los orcos: Thrall debería infiltrarse en los campamento como uno más de los prisioneros y una vez dentro, despertar el poder de los orcos con sus poderes chamanísticos. Los revitalizados prisioneros no tardarían en tomar el campamento. Ese plan funcionó en los primeros cuatro emplazamientos. En el quinto, que hoy forma lo que se conoce como Hammerfall en Arathi, los humanos estaban sobreavisados y se habían preparado con un regimiento de caballeros de Durnholde, de manera que había una mayor resistencia. En una sangrienta y cruel lucha, Orgrim Doomhammer fue asesinado empalado por la espalda por la lanza de un caballero. Con el poco de aliento que le quedaba, le dio a Thrall su armadura negra, su martillo de guerra, y lo nombró Jefe de Guerra de la Horda.
Lo primero que hizo Thrall en su nuevo cargo, fue atacar Durnholde en un intento por desmantelar todo el sistema de campos de internamiento. Se reunió en secreto con Taretha, aconsejándole partir de Durnholde junto a su familia, pero ella se negó, esperando que la batalla nunca llegara y temiendo las represalias que tendría para ella que Blackmoore notara su ausencia ya que hacía tiempo que la había tomado como su amante, algo que la hacía muy desdichada. Cuando Thrall llegó a Durnholde con la Horda tras él, se enfrentó a un Blackmoore ebrio. Tras pedirle una solución pacífica, a fin de evitar el derramamiento de sangre inútil, Blackmoore repasó mentalmente los momentos que había pasado con Thrall, desde que lo recogió en el bosque siendo un bebé, pasando por su entrenamiento y ahora asediando su castillo en lo que consideraba una gran traición. Cuando Thrall lanzó su ultimatum, rendirse o morir, el maestro de Durnholde respondió arrojando la cabeza cortada de Taretha Foxtron al campo de batalla donde se apiñaban los orcos. Thrall explotó en rabia y dolor al ver la escena y ordenó a sus guerreros atacar la fortaleza. Rapidamente la batalla se inclino en favor de los orcos,
Thrall acorraló a Blackmoore en un túnel oculto y le pidio por ultima vez que se rindiera. Blackmoore, con un aspecto más sobrio que antes, intentó cobardemente convencer a Thrall para que lo ayudara a derrotar a la Alianza. Esto enrabietó aún más al Jefe de Guerra que terminó por asestarle el golpe mortal que acabó con su vida. Thrall salió del castillo y se reunió con los orcos que habían salido victoriosos. Inmediatamtente le dio un mensaje a Karramyn Langston, el segundo al mando de la fortaleza: los prisioneros orcos serían liberados y las tierras de los alrededores les pertenecerían. Si la Alianza aceptaba esto, Thrall prometió que no causarían ningún problema e incluso se mostraría dispuesto a comenzar una relación de cooperación e intercambio comercial. Si rehusaban, se convertirían en el peor enemigo al que nunca jamás la Alianza se hubiera tenido que enfrentarse. Los humanos supervivientes pudieron marcharse sin sufrir daño. Cuando no quedó nadie en Durnholde, Thrall llamó al "Espíritu de la Tierra" que destruyó la fortaleza. Después, compuso un lok'vadnod, una canción sobre héroes, para conmemorar el sacrificio de Taretha.
Viaje a Kalimdor:
Meses despues, Thrall tuvo una extraña vision: la horda y la alianza se enfrentaban mientras del cielo enrojecido caian una especie de meteoros. Luego una figura humana le decia que su deber era conducir a su pueblo hacia su destino y que lo buscara para saber como. Tras despertar salio de su tienda en medio de la lluviosa noche, un enorme cuervo le hablo de su vision y le pidio que lo siguiera. Luego de reunir algunos guerreros encontro al cuervo sobre un acantilado Un misterioso profeta se le apareció y se presentó como alguien que dejó su humanidad atrás hace mucho tiempo y que gracias a su don para ver el futuro, estaba en posición de advertirle que la única esperanza para la salvación de los orcos era navegar hacia el oeste, a Kalimdor, donde encontraría su destino. Thrall obedeció, reunió la Horda e inició los preparativos para el viaje a través del Gran Mar. Sin embargo, cuando los orcos se estaban reagrupando en un asentamiento provisional, Grom fue capturado por los humanos, por lo que Thrall tuvo que intervenir para salvarlo. Grom, al ver la enorme flota naval de la que disponían sus captores, le propuso a Thrall robar los barcos con el propósito de abandonar de una vez para siempre el territorio de los humanos. Con toda la Horda reunida, no fue muy difícil robar los buques para la larga travesía que les esperaba cruzando el mar hasta Kalimdor.
Éxodo de la Horda:
Thrall durante la Tercera Guerra a mitad del camino hacia Kalimdor, los barcos orcos fueron embestidos por una gran tempestad cerca del Maelstrom
Y obligados a refugiarse en una pequeña isla ya que sus barcos habian sufrido graves daños. Allí los orcos conocieron a Sen'jin, un líder troll que les contó como su pueblo era atacado constantemente por una tribu murloc y por los humanos de un emplazamiento cercano. Temiendo por la Horda y de los trolls Darkspear, Thrall y sus guerreros atacaron la base humana para asegurar el terreno. Los humanos cayeron facilmente ante la horda, solo un archimago opuso buena resistencia. Cuando fue eliminado se enteraron que el archimago habia creado una barrera magica que era lo que mantenia a raya a los murlocs. Pronto los orcos y trolls se vieron abrumados por la cantidad de murlocs y tuvieron que retroceder. Thrall fue capturado por los murlocs y encerrado en una mazmorra. Ahí se enteró de boca de un cazador troll con quien compartía la celda, que ambos iban a ser ofrecidos en sacrificio como ofrenda a una Bruja del Mar. Afortunadamente, los murlocs no conocían los poderes chamanísticos de Thrall, por lo que este pudo escapar de su celda y liberar a sus guerreros. Juntos corrieron por las mazmorras buscando a Sen'jin pero no lo hallaron lo que significaba que habia sido llevado como primer sacrificio. Thrall corrio hacia la superficie con la esperanza de salvar al jefe de los Darkspear pero desafortunadamente solo logro llegar para ver como el valiente troll era atravesado de lado a lado.
En ese instante aparecio la temida bruja del mar quien advirtio a los orcos y trolls se se acercaba el fin de las razas de la superficie y envio a sus murlocs contra los trolls y los orcos. Fue una dura batalla pero los murlocs fueron rechazados, en ese momento Thrall tuvo otra vision en la que se veia liderando a los trolls Darkspear hacia la grandeza por lo que hablo con Vol'jin, hijo de Sen'jin, para ofrecerle a el y su pueblo un lugar en la horda. Vol'jin acepto gustoso. En ese momento la tierra comenzo a temblar: la isla era volcanica y la magia del ritual de los murlocs habia despertado al volcan. La bruja marina reaparecio y envio al resto de sus fuerzas contra los orcos y trolls, pero estos mantuvieron el terreno el tiempo suficiente para que sus barcos fueran reparados y pudieran escapar antes de que el volcan hiciera erupcion.
Kalimdor:
Durante la travesía, muchos barcos se habían dispersado y a duras penas llegaron con sus ocupantes vivos a las costas de Kalimdor. Los clanes se dispersaron y Thrall tuvo que recorrer toda la costa, recogiendo a orcos y trolls perdidos - de Grom no había ni rastro. En su nueva tierra, la Horda encontró muchas criaturas extrañas, pero las más salvajes eran los centauros, particularmente en su trato con los tauren. Tubo amistad con el jefe de la tribu, Cairne Bloodhoof,
Que respondió a su gesto con una gratitud inesperada. Impresionado por su feroz pero noble comportamiento, Cairne Bloodhoof se ofreció a guiar a los orcos en la búsqueda de su destino. Thrall advirtió a Cairne que había visto al ejército centauro avanzar hacia el norte rápidamente, por lo que el líder tauren se apresuró a partir pues su pueblo estaba en esa dirección y podía estar en peligro. Las fuerzas de Thrall siguieron a Cairne hasta su campamento donde lo defendieron de los centauros. Dado que los centauros dominaban casi toda la región, los Bloodhoof tuvieron que abandonar su hogar y viajar a Mulgore si querían sobrevivir. Cairne accedió revelarle a Thrall la ubicación del oráculo, quien ayudaría a los orcos en la búsqueda de su destino, si aceptaba escoltar la caravana de su gente hasta Mulgore.
Thrall aceptó y ayudó a los tauren en su largo viaje, protegiéndolos y cuidando a las bestias kodo de los centauros merodeadores. Una vez finalizada la tarea, Cairne indicó a Thrall que el místico oráculo podía estar en el Pico Stonetalon. El líder orco, agradeció a su nuevo amigo la información y mostró su predisposición a volver a ayudarlo cuando lo necesitase. Los tauren sellaron esta nueva alianza uniéndose a la Horda. Cuando Thrall llegó a los pies del Stonetalon Peak, le sorprendió encontrar allí a Grom Hellscream y al clan Warsong luchando contra unos humanos que respondían a las órdenes de Jaina Proudmoore. Los humanos habían acordonado gran parte del angosto paso de la montaña, lo que hizo a Thrall proponer la contratación de algunos goblins que les ayudaran a salvar el obstáculo de la montaña gracias a sus zepelines.
Thrall ordenó a Hellscream, no atacar a los humanos, pero este impacientado por la tardanza, no se resistió y cargó contra ellos. Gracias a la rapidez con la que Thrall consiguió los zepelines, pudo ponerse en marcha y ayudar a Grom a tiempo a salir victorioso. Tras esto tuvieron una pequeña disputa donde Grom le espetó que un verdadero guerrero se hubiera enfrentado a los humanos sin plantearse siquiera una alternativa como la de usar zepelines para sortear la montaña. Thrall, estaba preocupado por la impestuosa sed de sangre de Grom, seguro de que lo único que traería serían problemas. Cuando ordenó a Grom y a su clan, quedarse en Ashenvale, Grom aceptó a regañadientes, mientras Thrall se encaminaba hacia la montaña.
La corrupción de los Warsong:
Grom Hellscream guio a su clan al bosque de Ashenvale y empezo a talar arboles para construir un nuevo asentamiento para la horda. En medio de todo el jefe Warsong se quejaba de la decision de Thrall de mandar a sus guerreros a hacer labores no propias de la guerra. Mientras trabajaban uno de los guerreros advirtio a Grom del silencio del bosque, tambien que se escuchaban voces misteriosas hablando un idioma extraño pero Grom lo reprendio diciendole que solo habia arboles viejos en ese bosque, que no fuera un cobarde.Mientras Hellscream y sus leales guerreros Warsong acechaban por los bosques de Vallefresno, se toparon con las antiguas Centinelas elfas nocturnas.Seguro de que los orcos habían vuelto a sus días bélicos, el semidiós Cenarius volvió para hacer retroceder a Grom y sus orcos. Los orcos sufrieron una derrota y se vieron obligados a retroceder ante el furioso asalto de los elfos nocturnos. Con su dominios de la naturaleza, Cenarius volvio a la normalidad los arboles talados por los orcos. luego dio la orden de destruir a las bestias mientras el se resguardaba en el bosque. Grom y sus guerreros resistieron ataque tras ataque pero el lider Warsong sabia que si querian vivir el semidios tendria que morir. En ese momento un curandero Darkspear aviso a Grom de una fuente de poder cercana que creia podia ser la clave para derrotar a Cenarius. Grom y un grupo de sus hombres avanzaron hacia la fuente de poder, enfrentandose a unas criaturas extrañas,
los satiros, cuando llegaron a la fuente el curandero advirtio que la fuente de poder radicaba en una maldicion demoniaca, pero Grom estaba dispuesto a todo para derrotar a Cenarius, sus guerreros trataron de detenerlo diciendole que eso iba en contra de todo lo que Thrall les habia enseñado, pero Grom estaba decidido y bebio de la fuente y automaticamente el y su clan se transformaron en orcos del caos. Con su fuerza renovada el clan Warsong ataco a los elfos nocturnos, Cenarius salio a hacerles frente pero éstos, dominados por un odio y una rabia sobrenaturales, lograron matar a Cenarius y corromper los antiguos bosques. Luego de la batalla el señor del foso Mannoroth aparecio ante Grom y le confeso ser el autor de la fuente de poder de la que bebieron el y sus guerreros. Con horror Grom se dio cuenta de que su clan volvia a estar bajo el control de los demonios.
El Oráculo:
Thrall y Cairne se adentraron en las cuevas del pico Stonetalon, en un punto habia una bifurcacion en el camino asi que decidieron separarse para explorar las profundidades de la montaña. Thrall tuvo que luchar contra dragones, arpias y muertos vivientes, Cairne tampoco avanzo con facilidad y tuvo que abrirse paso a traves de los golems, kobolds y una tribu de jabaespines que se habia asentado en las cuevas. Luego de reunir unos objetos encantados que les permitirian avanzar, llegaron a la camara del oraculo, alli se encontraron con Jaina Proudmoore y sus fuerzas. Antes de que empezara la batalla una solemne voz les exigio respetar el lugar. Thrall reconocio al profeta que habia visto antes y este le advirtio de los terribles sucesos acontecidos: los demonios de la legion de fuego habian regresado dispuestos a destruir Azeroth, tambien le informo de la situacion en Lordaeron, que ya habia caido ante el asalto de la legion, pero lo peor de todo fue enterarse de que su amigo Grom Hellscream habia caido tambien bajo el control de los demonios, pero que debia liberarlo para cumplir el destino que le habia prometido pero que necesitaria la ayuda de Jaina y los humanos para hacerlo. Ambas partes se resistian a colaborar pero el profeta les aseguro que esa era la unica opcion: por el destino de todos los que viven, la humanidad debia unir sus fuerzas a la horda.
Cuando abandonaron la montaña y regresaron a Los Baldíos, se encontraron con la triste realidad que había anunciado el oráculo, Grom y los orcos del clan Warsong se habían corrompido y los recibieron con las armas en alto. Una épica batalla tuvo lugar entonces entre los Orcos del líder de la Horda y las fuerzas de Hellscream. Thrall, con la ayuda de Cairne Bloodhoof se abrió camino a través de los corruptos Orcos que contaban Mientras se abría paso a través del con la ayuda de Infernales, Doomguards y felhounds hasta llegar a la posición de su líder. Allí, Hellscream reveló a Thrall que tanto él como sus orcos habían bebido voluntariamente la sangre de un demonio de unos pozos de Ashenvale, sabiendo que eso les ataría para siempre al yugo de la Legión Ardiente. La sangre les había dado una gran fuerza pero también los había enloquecido. Enfurecido por esta confesión de traición, Thrall cargó contra su viejo amigo y ambos se enzarzaron en feroz duelo. Tras de una larga y desesperada lucha, Thrall consiguió capturar la esencia de Grom en una Gema de alma y lo llevó a un círculo ritual donde, gracias la combinación de sus conocimientos de chamanismo y a la magia élfica, consiguió que el espíritu demoníaco desaparezca. Grom, consciente de lo que había hecho, se arrepintió inmediatemente y junto con Thrall se prepararon para hacer frente a Mannoroth, el demonio cuya sangre había convertido a Grom y a los orcos de su clan, que se encontraba en un cañón excavado por infernales.
Thrall y Grom contra Mannoroth:
Allí, Thrall lanzó un primer ataque contra Mannoroth, pero fue fácilmente repelido por el Señor del Foso que podía haber acabado con ellos fácilmente de no ser por Grom, que lanzó su hacha con gran fuerza sobre el demonio asestándole un golpe devastador que destrozó su coraza de placas y que se clavó profundamente en su vientre. Aunque el golpe fue mortal de necesidad, Mannoroth explosionó liberando una enorme cantidad de fuego de su interior y que alcanzaron de lleno a Grom.
El jefe del clan Warsong resultó mortalmente herido al interponerse entre el fuego y su amigo Thrall al que protegió con su cuerpo. Después de una cruel agonía, Grom se sintió redimido y liberado de la carga que pesaba sobre él por haber hecho beber la sangre demoníaca a los orcos de su clan condenándolos. Thrall le dijo que no solo ya era un orco libre sino que además había liberado a todos los orcos de los demonios. Dicho esto Grom murió como un héroe.
La Batalla del Monte Hyjal:
Cuando Thrall y Jaina regresaron a Ashenvale, se encontraron un nuevo problema. Los Elfos Nocturnos los hacían responsables de la muerte de Cenarius y los atacaron mientras intentaban levantar un nuevo asentamiento.
En ese momento, Kalimdor era un caos en donde demonios, undeads, orcos y humanos y elfos nocturnos, luchaban entre sí para sobrevivir. Justo entonces Thrall tuvo otra visión que le señalaba la falda del Monte Hyjal donde se debía encaminar junto a Jaina. Allí se encontraron a los líderes de los elfos nocturnos, Tyrande Whisperwind y Malfurion Stormrage. Tanto unos como otros se sorprendieron bastante al encontrarse, aunque casi sin tiempo para nada más apareció el Profeta, revelando por fin su verdadera identidad: Medivh, el último Guardián de Tirisfal. No fue fácil, pero finalmente convenció a todas las partes para que forjaran una alianza con la que enfrentarse a la Legión Ardiente. De lo contrario, si cada uno hacía la guerra por su cuenta, serían derrotados.
Malfurion y Tyrande aceptaron con cierto recelo y todos juntos planearon una estrategia para enfrentarse a Archimonde
Y su ejército de demonios y no-muertos. La tres razas defendieron colectivamente Nordrassil y el monte Hyjal con tres asentamientos fortificados a lo largo del camino que ascendía a la cima de la montaña, tratando de entorpecer la marcha de Archimonde. La base de Thrall se situó a medio camino, entre las bases humana y élfa, y contó con la presencia de orcos, tauren y trolls. Archimonde se presentó en la base de la Horda donde noqueó a Thrall e ignoró a los orcos a los que menospreció aduciendo que su debilidad no merecía el esfuerzo de matarlos por él mismo. Thrall respondió a la provocación argumentando que el espíritu de los orcos era fuerte y poderoso porque era libre, y atacó a Archimonde con un hechizo justo antes de que llegara Jaina y se lo llevara teletransportado lejos de allí. Archimonde fue finalmente vencido en la cima del Monte Hyjal por Malfurion y la Legión Ardiente derrotada.
La fundación de Ogrimmar:
Tras la victoria en el monte Hyjal
y la caída de la Legión, Thrall reunió a su gente, y encontró un lugar para su pueblo en las accidentadas y hermosas tierras de Los Baldíos. Allí fundó Durotar, en honor a su padre Durotan. Su capital fue Orgrimmar en honor a Orgrim Doomhammer. Después de varios meses, los orcos se quedaron en Durotar, los tauren se fueron a Mulgore y los trolls a las costas de Islas del Eco. Thrall conoció a Rexxar, un hijo de Mok'Nathal que había tratado de salvar a un explorador orco llamado Mogrin de un grupo de jabaespines, y traía el mensaje que este portaba. Thrall lo leyó cuidadosamente, entristecido por la muerte de Mogrin, y dio la bienvenida a Rexxar
A la recién coronada tierra. Rexxar agradeció el ofrecimiento, pero dijo que tendría que ganarselo. Thrall aceptó, y envió a Rexxar a hablar con diversos ciudadanos de Orgrimmar y ver qué podía hacer para ayudarles en sus tareas. También llamó a Rokhan, un cazador de sombras y mejor rastreador de Thrall, perteneciente a la tribu Darkspear para que ayudara a Rexxar al que se sumó más tarde a un maestro cervecero pandaren errante llamado Chen Stormstout, que andaba buscando ingredientes para su nueva invención. Tras la ayuda de Rexxar con los ingredientes, Chen se unió al troll y al Mok'Nathal, deseoso de aventura. Mientras, Thrall esperaba en Orgrimmar, ayudando a construir la ciudad. Rexxar realizó sus obras con éxito, y Thrall comenzó a respetar al maestro de bestias. Pero pronto llegó la mala noticia de que los humanos se habían instalado en las orillas de Durotar.
Thrall se preocupó, el trato que había pactado con Jaina le había proporcionado seguridad para no ser atacado pero después de varios encontronazos con humanos hostiles, se organizó una reunión entre Thrall y Jaina. Rexxar, oliéndose algún tipo de trampa, se ofreció a ir en lugar de Thrall. Finalmente todo resultó una farsa y lo que los emisarios humanos pretendían no era hablar sino matar a Thrall. Rexxar se encargó de ellos y regresó a Orgrimmar para informar al jefe de la Horda. Incapaz de concebir que Jaina lo hubiera traicionado, Thrall escribió una carta para que Rexxar la llevara a Theramore, con la intención de reunirse con Jaina. Sólo cara a cara podría estar seguro que se llegaría a un acuerdo que garantizara la paz entre las dos razas. Después de oír las noticias que Rexxar traía de parte del Almirante Proudmoore, el padre de Jaina, Thrall se dio cuenta que la única forma de evitar otra guerra era asaltar la base del almirante y matarlo. Con la ayuda de Rexxar, Thrall solicitó la ayuda de su viejo amigo Cairne y los tauren,
Así como los ogros quebrantarrocas de Stonemaul. Mientras preparaban el asalto a Theramore, Thrall fue informado de la presencia de barcos que bloqueaban cualquier acceso a la isla. Su frustración fue interrumpida por Jaina que se teletransportó al lugar, asegurando a todos que venía en son de paz. Jaina dijo desconocer los planes de su padre y se mostró excéptica ante el callejón sin salida en que se encontraba. Thrall le confesó que las acciones de su padre podrían destruir Durotar y que la única forma de garantizar la seguridad de la nueva nación era matándolo. Jaina comprendió la situación y expresó su deseo de ayudar, aunque eso conllevara la muerte de su padre. Le dio a Thrall indicaciones para llegar a un astillero goblin cercano que le podía proporcionar buques para destruir los barcos que bloqueaban la isla. Suplicó a Thrall que no dañara a sus hombres que solo seguían las instrucciones del Almirante, y que eran la única familia que había tenido después de la caída de Lordaeron. Thrall dio su palabra de que intentaría minimizar el derramamiento de sangre y aconsejó a Jaina que buscara un lugar donde ponerse a salvo cuando empezara la batalla. Usando los barcos adquiridos de los goblins, las fuerzas de Thrall lograron abrirse camino hasta la isla, donde se prepararon para enfrentarse a las fuerzas del Almirante. Rexxar, Rokhan, Chen y Cairne, lucharon directamente contra el almirante Daelin y al final lograron vencerlo. Antes de la batalla, Thrall trató de convencer al Almirante de que esta Horda, era diferente a la que hubo años atrás durante las dos guerras con los humanos, que no tenían ningún interés en la conquista ni en el asesinato. Proudmoore acusó a la raza de Thrall de genocidio, y de que nunca podría borrar las muertes que dejaron tras su asalto a Stormwind y Lordaeron. Confesó que nunca dejaría de luchar contra los orcos por lo que Rexxar, tal y como Thrall había predicho, se vio obligado a matarlo.
Tan pronto como cayó Daelin Proudmoore,
Rexxar proclamó que la batalla había terminado y ordenó a los humanos que depusieran sus armas. Jaina se arrodilló cerca al cuerpo de su padre tristemente preguntando por qué no la había escuchado. Rexxar intentando consolar el dolor de la hechicera, diciéndole que su padre fue un orguloso guerrero por encima de todo y que debía ser recordado como tal. Thrall anunció que la Horda respetaría a los supervivientes humanos y que él y su ejército abandonarían pacíficamente Theramore. Dicho y hecho, sus tropas se encaminaron de regresó a Durotar, dejando a Jaina guardar duelo por la muerte de su padre. Agradeciendo a Rexxar por todo lo que había hecho, Thrall le ofreció un lugar para establecerse permanentemente en Durotar, a lo que el semiogro educamente declinó. Rexxar poseía un carácter errante y su sitio no estaba tras los muros de una ciudad sino junto a la vida salvaje. Prometió a Thrall responder a la llamada de la Horda, siempre que necesitara de su ayuda y se despidió mientras la construcción de Orgrimmar seguía su curso. Por el momento todo iba bien.
El ciclo de odio:
Tras tres años, Orgrimmar había crecido de sobremanera. Sin embargo, ciertos incidentes menores entre los orcos de Durotar y los humanos de Theramore pusieron en peligro la estabilidad de la zona. Thrall y Jaina trataban desesperadamente de mantener la paz,
pero algunos miembros de la Horda escapaban a su control. Así, un jefe guerrero llamado Burx, formó un ejército de orcos y trolls y asaltó Northwatch Hold, el mismo lugar que Proudmoore usaba para sus investigaciones, cuya cercanía a Orgrimmar no gustaba a varios orcos que exigían desmantelarlo. Después de que la batalla empezara, Jaina contactó con Thrall revelándole que Burx servía en secreto al clan Burning Blade (Filo Ardiente)
cuya intención era acabar con la nueva Horda. Thrall se enfureció ya que esto significada que de nuevo, un orco estaba sirviendo a la Legión Ardiente ya que el Burning Blade estaba manipulado por un demonio llamado Zmodlor. Inmediatamente, el líder orco se presentó en mitad de la batalla y paró la contienda con la ayuda de algunos espíritus y pidió explicaciones a Burx. Cuando el guerrero protestó argumentando que actuaba según los intereses de la Horda, Thrall le hundió el cráneo con su martillo. Estos acontecimientos impulsaron a Thrall y a Jaina a darle un carácter más oficial a su relación de colaboración, firmando un tratado entre la Alianza y la Horda. A pesar del aumento de las tensiones del año anterior, las respuestas de los líderes de los orcos y los humanos habían detenido, aunque no completamente, la escalada de violencia y odio entre los miembros de ambas razas. A pesar de sus últimas victorias, Thrall sabía que debía permanecer más atento que nunca a los acontecimientos dentro de sus fronteras. Desde su fortaleza en el Valle de la Sabiduría de Orgrimmar, pronto tendría noticias de viejos familiares y amigos.
Encuentro con Varian:
Tras regresar de Draenor, Thrall se trajo consigo a Garrosh Hellscream, para que ejerciera como su consejero, cargo al que se unió más tarde, el maestro de gladiadores Rehgar Earthfury. Rehgar y Garrosh tenían puntos de vista diferentes que los hacían discutir bastante a menudo. Mientras Garrosh pretendía destruir a los humanos y conquistar Azeroth, Reghar prefería conservar el pacto de no-agresión vigente. Mientras, Jaina convocó a Thrall de manera repentina para una reunión importante donde le comunicó que el Rey Varian había vuelto a Stormwind tras mucho tiempo desaparecido.
Previendo la importancia de las consecuencias futuras, Thrall decidió reunirse con el líder de los humanos, junto a sus consejeros Rehgar y Garrosh y un destacamento de la guardia Kor'kron. Reghar recomendó a Thrall dejar a Garrosh en Orgrimmar dado su odio a los humanos pero el Jefe de Guerra pensó que sería una buena idea que Garrosh reconsiderara su actitud, estando presente en un encuentro pacífico con aquellos a los que no profesaba simpatía. Thrall viajó en zeppelin a Theramore, donde discutió con Varian algunos aspectos básicos en los que ambos saldrían ganando. Hablaron de su pasado y de los problemas por acceder a determinados recursos naturales.
Los orcos necesitaban madera, por cuya posesión se hallaban en eterna disputa con los elfos nocturnos mientras que los humanos necesitaban cobre. Varian le ofreció a Thrall un intercambio si incluía además algunas pieles exóticas. Tras la negociación, Varian se excusó al tener que irse de inmediato a Goldshire y Southshore que estaban siendo amenazadas por el Azote. Mientras salía de Theramore, el Clan Twilight's Hammer invadió la ciudad por lo que tanto la Horda como la Alianza se dispusieron a defender el enclave humano. Varian reparó en la presencia de Garona, lo que le llevó a pensar que Thrall la había mandado allí para asesinarle tal y como hizo el Shadow Council en el pasado con su padre, el Rey Llane. A medida que la batalla se prolongaba, el clan Twilight's Hammer empezó a avanzar posiciones. Med'an, el hijo de Garona que se encontraba en Theramore como representante del Concilio de Tirisfal, entró en acción para proteger a su madre mientras los miembros del culto oscuro, la dejaban morir mientras pretendían secuestrarlo. Garrosh culpó a la Alianza del ataque mientras que Varian hizo lo propio con la Horda; responsabilizando personalmente a Garrosh. Thrall, Rehgar, Valera y Jaina sin embargo confiaban los unos en los otros y empezaron a pensar en otra solución para los inminentes ataques del Azote y del Clan Burning Blade. Este ataque minó las buenas intenciones iniciales con que se iniciaron las conversaciones entre Thrall y Varian, sembrando la desconfianza mutua entre orcos y humanos. Cuando todo hubo acabado, Thrall partió de vuelta hacia Orgrimmar.
Ecos de Condena:
Duelo entre Thrall y Garrosh cuando Thrall llegó a Orgrimmar descubrió que Arthas, el Lich King había ejecutado su plan de crear una Plaga.
Sin embargo el Gran Boticario Putress había encontrado una cura a partir de la plaga original del Azote. Viendo la importancia de la amenaza, Thrall se reunió con Lady Sylvanas Windrunner, Garrosh Hellscream, Varok Saurfang, el propio Putress y Rehgar Earthfury en Orgrimmar para discutir los próximos movimientos contra el Azote. Garrosh propuso reunir a todo el ejército de la Horda y destruir a los humanos, para después marchar a Northrend donde luchar contra el Azote. Thrall, enfadado con su propuesta ya que los humanos no eran ahora mismo la principal amenaza y no podían estar dando palos de ciego cuando se trataba de luchar contra el ejército del Rey Exánime. Tras consultar Saurfang y a los espíritus, estos se mostraron más cautos a la hora de abordar el problema: una avanzadilla exploraría el continente helado antes que el grueso de las tropas de la Horda mientras que mantendrían el contacto con Jaina Proudmoore para averiguar cómo iba la Alianza a actúar y coordinar una actuación conjunta. Thrall le dijo a Garrosh que pensara con cabeza fria, a no ser que quisiera cometer los mismos errores que su padre. Enfurecido Garrosh reto a Thrall a un duelo pero Thrall le dijo que no tenia tiempo para tonterias. Garrosh lo provoco diciendo que el hijo de Durotan era un cobarde, Thrall enfurecio y acepto el desafio y ambos combatieron en el Ring of Valor de Orgrimmar.
Los dos orcos lucharon hasta que llegó un momento en que parecía que Garrosh había cobrado ventaja. Cuando trataba de incitar a Thrall, la batalla se interrumpió por la llegada de un Heraldo del Lich King amenazando con destruir Orgrimmar. Al oír esto, Thrall usó un Chain Lightning sobre Garrosh y ambos abandonaron la arena prometiendo acabar la disputa más tarde. La capital orca estaba siendo atacada por un incontable número de abominaciones y frost wyrms junto a un reducido número de Death Knights. Thrall lideró a la Horda repeliendo el ataque del Azote con la ayuda de Saurfang, Sylvanas, Garrosh, Reghar, y algunos aventureros que se encontraban en ese momento en la ciudad. Tras el intento fallido de tomar la ciudad, Garrosh volvió a pedirle a Thrall que lo mandara a Northrend, a lo que esta vez el jefe de guerra accedio. Garrosh seria el comandante de la Warsong Offensive, el principal ejercito de la horda en Northrend.
Paz rota:
Thrall y Jaina observan luchar a Garrosh con Varian.
Tan pronto como las fuerzas de la Alianza y de la Horda iniciaron conjuntamente su asalto a la puerta de Angrathar estalló una rebelión en Entrañas. Varimathras y su horda de demonios recorrieron la ciudad matando a todos los que se opusieran a su control. Sylvanas casi muere en medio de la confusión, pero se las arregló para escapar junto a algunos siervos leales hacia Orgrimmar. Decididos a no permitir a los Señores del Terror pisar territorio de la Horda, Thrall y Sylvanas planearon un contraataque inminente, pero Jaina Proudmoore llegó con terribles noticias: a raíz de la muerte de Bolvar Fordragon, Varian Wrynn había dado órdenes de asaltar Undercity, para llevar ante la justicia a Putress, su asesino y de paso reconquistar la antigua capital de Lordaeron para la Alianza. Thrall, junto con Sylvanas y Vol'jin lideraron el asalto a Undercity en nombre de la Horda. Después de luchar contra los renegados rebeldes y demonios en su interior, consiguieron matar al traidor de Varimathras.
Sin embargo la euforia de la victoria desaparecieron pronto cuando el rey Varian Wrynn, que acababa de matar a Putress, y que había oído los gritos victoriosos de los orcos, fue a su encuentro y se enfrentó a Thrall al que le advirtió que nunca se podría alcanzar la paz después de descubrir el horror que habían creado los Forsaken en Undercity. La horda y la alianza se enfrentan pero en ese momento Jaina aparece y se lleva a Varian y sus hombres lejos de la batalla, teletransportandolos de vuelta a Stormwind. Thrall lamenta el derramamiento de sangre infructuoso y se pregunta que hacer ahora, pero Varok Saurfang le recuerda que debe ser fuerte y que ante todo su deber es proteger y guiar a su pueblo.
Los secretos de Ulduar:
Thrall viaja a la ciudad violeta de Dalaran en compañia de Garrosh Hellscream por pedido de Jaina Proudmoore. Alli se enteran de que uno de los dioses antiguos, Yogg Saron,
ha despertado
En las antiguas salas de Ulduar y que el Kirin Tor requiere la ayuda de la alianza y de la horda para detenerlo. Thrall y Garrosh se dirijen a la sala de reuniones para hablar con Rhonin, lider del Kirin Tor, pero lo encuentran hablando con el rey Varian Wrynn, alli Garrosh insulta a la alianza y Varian lo provoca para pelear. Thrall le dice a Garrosh que se controle pero el orco se abalanza sobre el rey humano. Luego de un momento Rhonin los separa con un hechizo y les advierte que deben dejar esas absurdas rivalidades y trabajar juntos pero tanto Garrosh como Variann se niegan. Garrosh en concreto dice que "un verdadero jefe de guerra nunca ayudaria a los cobardes" mientras que Variann le recuerda a Rhonin la tragedia en la Puerta de la Colera, luego se marcha. Thrall le dice a Garrosh que le decepciona su comportamiento pero a este no le importa en lo absoluto y se marcha. Rhonin y Jaina lamentan como termino todo y se preguntan que haran ahora. El dios antiguo es una gran amenaza, pero a pesar de las intenciones del Kirin Tor, la Alianza y la Horda lo enfrentaran por separado.
La nueva apariencia de Thrall:
Thrall abandona sus labores de Jefe de Guerra para unirse al Earthen Ring. Durante su ausencia, nombra a Garrosh como Jefe de Guerra de la Horda. Aparte la apariencia de Thrall cambiara, dejando de llevar su característica armadura para llevar ropas mas acordes para un chamán. Después de mantener durante un largo tiempo la falla que separaba a Azeroth y a Infralar, Thrall consigue recuperar el Alma de Dragón, la única arma capaz de destruir a Alamuerte, y así, con ayuda de los dragones, derrotó al Destructor.
Durante su entrenamiento recibió abundantes golpes y palizas, pero fue atendido por una humana llamada Clannia y creció con su hija Taretha. Thrall demostró que, además de ser un gran luchador, también era un excelente estudiante. Sin embargo los abundantes golpes que recibía de Aedelas Blackmoore, tanto dentro como fuera de su instrucción de guerrero, empezaron a pasar factura. En las cartas que secretamente se escribían Thrall y Taretha, el orco le confesó a la humana que deseaba escapar de allí y ganar su libertad.
Taretha decidió ayudarlo y creó una distracción en el interior de la fortaleza de Durnholde para que Thrall escapara. Cuando más tarde se encontraron en una cueva cercana, Taretha le proporcionó comida y provisiones. Tras esto, Thrall abandonó Durnholde prometiendo no volver jamás. Lamentablemente, Thrall fue capturado e ingresó en un campo de internamiento para orcos liderado por Lorin Remka. Allí conoció a un anciano orco llamado Kelgar, que le habló de la corrupción de Gul'dan y de cómo los viejos caminos habrían resultado mejores para la Horda. También le habló de Grom Hellscream, líder del Clan Warsong, que pensaba de la misma manera. Cuando otro orco dijo a Thrall que Blackmoore había llegado al campamento buscándolo, Thrall escapó de nuevo, y fue a buscar a Grom Hellscream.
Los Orcos:
Después de encontrar a su hermano Grom, este lo acogió y le enseñó el idioma orco. Al comprobar el manto que envolvía a Thrall cuando fue encontrado, Grom le dijo que provenía de orcos exiliados del clan Clan Frostwolf. Después de pasar algún tiempo con Hellscream, Thrall decidió marcharse por un tiempo, con el fin de buscar sus raíces en las Montañas de Alterac.
Allí fue rescatado por el clan Frostwolf tras quedar exhausto por el largo viaje que había realizado. Ya en su campamento, Thrall conoció a Drek'Thar, quien dijo que era hijo de Durotan, el antiguo Jefe del clan. Después de haber encontrado por fin su lugar, Drek'Thar enseñó a Thrall los antiguos caminos de la Horda, antes de la corrupción de Gul'dan, y así Thrall fue aceptado como uno más del clan. Un lobo gélido llamado Snowsong, se unió a Thrall como acompañante.
Un extraño forastero llegó entonces al campamento. Thrall lo recibió cordialmente, pero se enfadó cuando el extranjero acusó al clan Frostwolf de esconderse en las montañas. El forastero dijo algunas cosas que hirieron y enfurecieron a Thrall faltando al respeto a su amigo Grom Hellscream por lo que se produjo un duelo entre ambos. El extraño descubrió bajo su capa una pesada armadura negra y un enorme martillo pero Thrall consiguió desarmarlo. Fue entonces cuando ese estraño reveló su identidad como Orgrim Doomhammer, el Jefe de Guerra de la Horda. Doomhammer había contactado con Drek'Thar tras enterarse del retorno del hijo de Durotan y decidió provocar una pelea para ver si el rumor era cierto y merecía la pena. Thrall no sólo fue capaz de desafiar a Doomhammer, sino también de vencerlo, algo que nadie, excepto su padre Durotan, había conseguido nunca.
Doomhammer nombró a Thrall segundo al mando y le explico sus planes para liberar a los orcos: Thrall debería infiltrarse en los campamento como uno más de los prisioneros y una vez dentro, despertar el poder de los orcos con sus poderes chamanísticos. Los revitalizados prisioneros no tardarían en tomar el campamento. Ese plan funcionó en los primeros cuatro emplazamientos. En el quinto, que hoy forma lo que se conoce como Hammerfall en Arathi, los humanos estaban sobreavisados y se habían preparado con un regimiento de caballeros de Durnholde, de manera que había una mayor resistencia. En una sangrienta y cruel lucha, Orgrim Doomhammer fue asesinado empalado por la espalda por la lanza de un caballero. Con el poco de aliento que le quedaba, le dio a Thrall su armadura negra, su martillo de guerra, y lo nombró Jefe de Guerra de la Horda.
Lo primero que hizo Thrall en su nuevo cargo, fue atacar Durnholde en un intento por desmantelar todo el sistema de campos de internamiento. Se reunió en secreto con Taretha, aconsejándole partir de Durnholde junto a su familia, pero ella se negó, esperando que la batalla nunca llegara y temiendo las represalias que tendría para ella que Blackmoore notara su ausencia ya que hacía tiempo que la había tomado como su amante, algo que la hacía muy desdichada. Cuando Thrall llegó a Durnholde con la Horda tras él, se enfrentó a un Blackmoore ebrio. Tras pedirle una solución pacífica, a fin de evitar el derramamiento de sangre inútil, Blackmoore repasó mentalmente los momentos que había pasado con Thrall, desde que lo recogió en el bosque siendo un bebé, pasando por su entrenamiento y ahora asediando su castillo en lo que consideraba una gran traición. Cuando Thrall lanzó su ultimatum, rendirse o morir, el maestro de Durnholde respondió arrojando la cabeza cortada de Taretha Foxtron al campo de batalla donde se apiñaban los orcos. Thrall explotó en rabia y dolor al ver la escena y ordenó a sus guerreros atacar la fortaleza. Rapidamente la batalla se inclino en favor de los orcos,
Thrall acorraló a Blackmoore en un túnel oculto y le pidio por ultima vez que se rindiera. Blackmoore, con un aspecto más sobrio que antes, intentó cobardemente convencer a Thrall para que lo ayudara a derrotar a la Alianza. Esto enrabietó aún más al Jefe de Guerra que terminó por asestarle el golpe mortal que acabó con su vida. Thrall salió del castillo y se reunió con los orcos que habían salido victoriosos. Inmediatamtente le dio un mensaje a Karramyn Langston, el segundo al mando de la fortaleza: los prisioneros orcos serían liberados y las tierras de los alrededores les pertenecerían. Si la Alianza aceptaba esto, Thrall prometió que no causarían ningún problema e incluso se mostraría dispuesto a comenzar una relación de cooperación e intercambio comercial. Si rehusaban, se convertirían en el peor enemigo al que nunca jamás la Alianza se hubiera tenido que enfrentarse. Los humanos supervivientes pudieron marcharse sin sufrir daño. Cuando no quedó nadie en Durnholde, Thrall llamó al "Espíritu de la Tierra" que destruyó la fortaleza. Después, compuso un lok'vadnod, una canción sobre héroes, para conmemorar el sacrificio de Taretha.
Viaje a Kalimdor:
Meses despues, Thrall tuvo una extraña vision: la horda y la alianza se enfrentaban mientras del cielo enrojecido caian una especie de meteoros. Luego una figura humana le decia que su deber era conducir a su pueblo hacia su destino y que lo buscara para saber como. Tras despertar salio de su tienda en medio de la lluviosa noche, un enorme cuervo le hablo de su vision y le pidio que lo siguiera. Luego de reunir algunos guerreros encontro al cuervo sobre un acantilado Un misterioso profeta se le apareció y se presentó como alguien que dejó su humanidad atrás hace mucho tiempo y que gracias a su don para ver el futuro, estaba en posición de advertirle que la única esperanza para la salvación de los orcos era navegar hacia el oeste, a Kalimdor, donde encontraría su destino. Thrall obedeció, reunió la Horda e inició los preparativos para el viaje a través del Gran Mar. Sin embargo, cuando los orcos se estaban reagrupando en un asentamiento provisional, Grom fue capturado por los humanos, por lo que Thrall tuvo que intervenir para salvarlo. Grom, al ver la enorme flota naval de la que disponían sus captores, le propuso a Thrall robar los barcos con el propósito de abandonar de una vez para siempre el territorio de los humanos. Con toda la Horda reunida, no fue muy difícil robar los buques para la larga travesía que les esperaba cruzando el mar hasta Kalimdor.
Éxodo de la Horda:
Thrall durante la Tercera Guerra a mitad del camino hacia Kalimdor, los barcos orcos fueron embestidos por una gran tempestad cerca del Maelstrom
Y obligados a refugiarse en una pequeña isla ya que sus barcos habian sufrido graves daños. Allí los orcos conocieron a Sen'jin, un líder troll que les contó como su pueblo era atacado constantemente por una tribu murloc y por los humanos de un emplazamiento cercano. Temiendo por la Horda y de los trolls Darkspear, Thrall y sus guerreros atacaron la base humana para asegurar el terreno. Los humanos cayeron facilmente ante la horda, solo un archimago opuso buena resistencia. Cuando fue eliminado se enteraron que el archimago habia creado una barrera magica que era lo que mantenia a raya a los murlocs. Pronto los orcos y trolls se vieron abrumados por la cantidad de murlocs y tuvieron que retroceder. Thrall fue capturado por los murlocs y encerrado en una mazmorra. Ahí se enteró de boca de un cazador troll con quien compartía la celda, que ambos iban a ser ofrecidos en sacrificio como ofrenda a una Bruja del Mar. Afortunadamente, los murlocs no conocían los poderes chamanísticos de Thrall, por lo que este pudo escapar de su celda y liberar a sus guerreros. Juntos corrieron por las mazmorras buscando a Sen'jin pero no lo hallaron lo que significaba que habia sido llevado como primer sacrificio. Thrall corrio hacia la superficie con la esperanza de salvar al jefe de los Darkspear pero desafortunadamente solo logro llegar para ver como el valiente troll era atravesado de lado a lado.
En ese instante aparecio la temida bruja del mar quien advirtio a los orcos y trolls se se acercaba el fin de las razas de la superficie y envio a sus murlocs contra los trolls y los orcos. Fue una dura batalla pero los murlocs fueron rechazados, en ese momento Thrall tuvo otra vision en la que se veia liderando a los trolls Darkspear hacia la grandeza por lo que hablo con Vol'jin, hijo de Sen'jin, para ofrecerle a el y su pueblo un lugar en la horda. Vol'jin acepto gustoso. En ese momento la tierra comenzo a temblar: la isla era volcanica y la magia del ritual de los murlocs habia despertado al volcan. La bruja marina reaparecio y envio al resto de sus fuerzas contra los orcos y trolls, pero estos mantuvieron el terreno el tiempo suficiente para que sus barcos fueran reparados y pudieran escapar antes de que el volcan hiciera erupcion.
Kalimdor:
Durante la travesía, muchos barcos se habían dispersado y a duras penas llegaron con sus ocupantes vivos a las costas de Kalimdor. Los clanes se dispersaron y Thrall tuvo que recorrer toda la costa, recogiendo a orcos y trolls perdidos - de Grom no había ni rastro. En su nueva tierra, la Horda encontró muchas criaturas extrañas, pero las más salvajes eran los centauros, particularmente en su trato con los tauren. Tubo amistad con el jefe de la tribu, Cairne Bloodhoof,
Que respondió a su gesto con una gratitud inesperada. Impresionado por su feroz pero noble comportamiento, Cairne Bloodhoof se ofreció a guiar a los orcos en la búsqueda de su destino. Thrall advirtió a Cairne que había visto al ejército centauro avanzar hacia el norte rápidamente, por lo que el líder tauren se apresuró a partir pues su pueblo estaba en esa dirección y podía estar en peligro. Las fuerzas de Thrall siguieron a Cairne hasta su campamento donde lo defendieron de los centauros. Dado que los centauros dominaban casi toda la región, los Bloodhoof tuvieron que abandonar su hogar y viajar a Mulgore si querían sobrevivir. Cairne accedió revelarle a Thrall la ubicación del oráculo, quien ayudaría a los orcos en la búsqueda de su destino, si aceptaba escoltar la caravana de su gente hasta Mulgore.
Thrall aceptó y ayudó a los tauren en su largo viaje, protegiéndolos y cuidando a las bestias kodo de los centauros merodeadores. Una vez finalizada la tarea, Cairne indicó a Thrall que el místico oráculo podía estar en el Pico Stonetalon. El líder orco, agradeció a su nuevo amigo la información y mostró su predisposición a volver a ayudarlo cuando lo necesitase. Los tauren sellaron esta nueva alianza uniéndose a la Horda. Cuando Thrall llegó a los pies del Stonetalon Peak, le sorprendió encontrar allí a Grom Hellscream y al clan Warsong luchando contra unos humanos que respondían a las órdenes de Jaina Proudmoore. Los humanos habían acordonado gran parte del angosto paso de la montaña, lo que hizo a Thrall proponer la contratación de algunos goblins que les ayudaran a salvar el obstáculo de la montaña gracias a sus zepelines.
Thrall ordenó a Hellscream, no atacar a los humanos, pero este impacientado por la tardanza, no se resistió y cargó contra ellos. Gracias a la rapidez con la que Thrall consiguió los zepelines, pudo ponerse en marcha y ayudar a Grom a tiempo a salir victorioso. Tras esto tuvieron una pequeña disputa donde Grom le espetó que un verdadero guerrero se hubiera enfrentado a los humanos sin plantearse siquiera una alternativa como la de usar zepelines para sortear la montaña. Thrall, estaba preocupado por la impestuosa sed de sangre de Grom, seguro de que lo único que traería serían problemas. Cuando ordenó a Grom y a su clan, quedarse en Ashenvale, Grom aceptó a regañadientes, mientras Thrall se encaminaba hacia la montaña.
La corrupción de los Warsong:
Grom Hellscream guio a su clan al bosque de Ashenvale y empezo a talar arboles para construir un nuevo asentamiento para la horda. En medio de todo el jefe Warsong se quejaba de la decision de Thrall de mandar a sus guerreros a hacer labores no propias de la guerra. Mientras trabajaban uno de los guerreros advirtio a Grom del silencio del bosque, tambien que se escuchaban voces misteriosas hablando un idioma extraño pero Grom lo reprendio diciendole que solo habia arboles viejos en ese bosque, que no fuera un cobarde.Mientras Hellscream y sus leales guerreros Warsong acechaban por los bosques de Vallefresno, se toparon con las antiguas Centinelas elfas nocturnas.Seguro de que los orcos habían vuelto a sus días bélicos, el semidiós Cenarius volvió para hacer retroceder a Grom y sus orcos. Los orcos sufrieron una derrota y se vieron obligados a retroceder ante el furioso asalto de los elfos nocturnos. Con su dominios de la naturaleza, Cenarius volvio a la normalidad los arboles talados por los orcos. luego dio la orden de destruir a las bestias mientras el se resguardaba en el bosque. Grom y sus guerreros resistieron ataque tras ataque pero el lider Warsong sabia que si querian vivir el semidios tendria que morir. En ese momento un curandero Darkspear aviso a Grom de una fuente de poder cercana que creia podia ser la clave para derrotar a Cenarius. Grom y un grupo de sus hombres avanzaron hacia la fuente de poder, enfrentandose a unas criaturas extrañas,
los satiros, cuando llegaron a la fuente el curandero advirtio que la fuente de poder radicaba en una maldicion demoniaca, pero Grom estaba dispuesto a todo para derrotar a Cenarius, sus guerreros trataron de detenerlo diciendole que eso iba en contra de todo lo que Thrall les habia enseñado, pero Grom estaba decidido y bebio de la fuente y automaticamente el y su clan se transformaron en orcos del caos. Con su fuerza renovada el clan Warsong ataco a los elfos nocturnos, Cenarius salio a hacerles frente pero éstos, dominados por un odio y una rabia sobrenaturales, lograron matar a Cenarius y corromper los antiguos bosques. Luego de la batalla el señor del foso Mannoroth aparecio ante Grom y le confeso ser el autor de la fuente de poder de la que bebieron el y sus guerreros. Con horror Grom se dio cuenta de que su clan volvia a estar bajo el control de los demonios.
El Oráculo:
Thrall y Cairne se adentraron en las cuevas del pico Stonetalon, en un punto habia una bifurcacion en el camino asi que decidieron separarse para explorar las profundidades de la montaña. Thrall tuvo que luchar contra dragones, arpias y muertos vivientes, Cairne tampoco avanzo con facilidad y tuvo que abrirse paso a traves de los golems, kobolds y una tribu de jabaespines que se habia asentado en las cuevas. Luego de reunir unos objetos encantados que les permitirian avanzar, llegaron a la camara del oraculo, alli se encontraron con Jaina Proudmoore y sus fuerzas. Antes de que empezara la batalla una solemne voz les exigio respetar el lugar. Thrall reconocio al profeta que habia visto antes y este le advirtio de los terribles sucesos acontecidos: los demonios de la legion de fuego habian regresado dispuestos a destruir Azeroth, tambien le informo de la situacion en Lordaeron, que ya habia caido ante el asalto de la legion, pero lo peor de todo fue enterarse de que su amigo Grom Hellscream habia caido tambien bajo el control de los demonios, pero que debia liberarlo para cumplir el destino que le habia prometido pero que necesitaria la ayuda de Jaina y los humanos para hacerlo. Ambas partes se resistian a colaborar pero el profeta les aseguro que esa era la unica opcion: por el destino de todos los que viven, la humanidad debia unir sus fuerzas a la horda.
Cuando abandonaron la montaña y regresaron a Los Baldíos, se encontraron con la triste realidad que había anunciado el oráculo, Grom y los orcos del clan Warsong se habían corrompido y los recibieron con las armas en alto. Una épica batalla tuvo lugar entonces entre los Orcos del líder de la Horda y las fuerzas de Hellscream. Thrall, con la ayuda de Cairne Bloodhoof se abrió camino a través de los corruptos Orcos que contaban Mientras se abría paso a través del con la ayuda de Infernales, Doomguards y felhounds hasta llegar a la posición de su líder. Allí, Hellscream reveló a Thrall que tanto él como sus orcos habían bebido voluntariamente la sangre de un demonio de unos pozos de Ashenvale, sabiendo que eso les ataría para siempre al yugo de la Legión Ardiente. La sangre les había dado una gran fuerza pero también los había enloquecido. Enfurecido por esta confesión de traición, Thrall cargó contra su viejo amigo y ambos se enzarzaron en feroz duelo. Tras de una larga y desesperada lucha, Thrall consiguió capturar la esencia de Grom en una Gema de alma y lo llevó a un círculo ritual donde, gracias la combinación de sus conocimientos de chamanismo y a la magia élfica, consiguió que el espíritu demoníaco desaparezca. Grom, consciente de lo que había hecho, se arrepintió inmediatemente y junto con Thrall se prepararon para hacer frente a Mannoroth, el demonio cuya sangre había convertido a Grom y a los orcos de su clan, que se encontraba en un cañón excavado por infernales.
Thrall y Grom contra Mannoroth:
Allí, Thrall lanzó un primer ataque contra Mannoroth, pero fue fácilmente repelido por el Señor del Foso que podía haber acabado con ellos fácilmente de no ser por Grom, que lanzó su hacha con gran fuerza sobre el demonio asestándole un golpe devastador que destrozó su coraza de placas y que se clavó profundamente en su vientre. Aunque el golpe fue mortal de necesidad, Mannoroth explosionó liberando una enorme cantidad de fuego de su interior y que alcanzaron de lleno a Grom.
El jefe del clan Warsong resultó mortalmente herido al interponerse entre el fuego y su amigo Thrall al que protegió con su cuerpo. Después de una cruel agonía, Grom se sintió redimido y liberado de la carga que pesaba sobre él por haber hecho beber la sangre demoníaca a los orcos de su clan condenándolos. Thrall le dijo que no solo ya era un orco libre sino que además había liberado a todos los orcos de los demonios. Dicho esto Grom murió como un héroe.
La Batalla del Monte Hyjal:
Cuando Thrall y Jaina regresaron a Ashenvale, se encontraron un nuevo problema. Los Elfos Nocturnos los hacían responsables de la muerte de Cenarius y los atacaron mientras intentaban levantar un nuevo asentamiento.
En ese momento, Kalimdor era un caos en donde demonios, undeads, orcos y humanos y elfos nocturnos, luchaban entre sí para sobrevivir. Justo entonces Thrall tuvo otra visión que le señalaba la falda del Monte Hyjal donde se debía encaminar junto a Jaina. Allí se encontraron a los líderes de los elfos nocturnos, Tyrande Whisperwind y Malfurion Stormrage. Tanto unos como otros se sorprendieron bastante al encontrarse, aunque casi sin tiempo para nada más apareció el Profeta, revelando por fin su verdadera identidad: Medivh, el último Guardián de Tirisfal. No fue fácil, pero finalmente convenció a todas las partes para que forjaran una alianza con la que enfrentarse a la Legión Ardiente. De lo contrario, si cada uno hacía la guerra por su cuenta, serían derrotados.
Malfurion y Tyrande aceptaron con cierto recelo y todos juntos planearon una estrategia para enfrentarse a Archimonde
Y su ejército de demonios y no-muertos. La tres razas defendieron colectivamente Nordrassil y el monte Hyjal con tres asentamientos fortificados a lo largo del camino que ascendía a la cima de la montaña, tratando de entorpecer la marcha de Archimonde. La base de Thrall se situó a medio camino, entre las bases humana y élfa, y contó con la presencia de orcos, tauren y trolls. Archimonde se presentó en la base de la Horda donde noqueó a Thrall e ignoró a los orcos a los que menospreció aduciendo que su debilidad no merecía el esfuerzo de matarlos por él mismo. Thrall respondió a la provocación argumentando que el espíritu de los orcos era fuerte y poderoso porque era libre, y atacó a Archimonde con un hechizo justo antes de que llegara Jaina y se lo llevara teletransportado lejos de allí. Archimonde fue finalmente vencido en la cima del Monte Hyjal por Malfurion y la Legión Ardiente derrotada.
La fundación de Ogrimmar:
Tras la victoria en el monte Hyjal
y la caída de la Legión, Thrall reunió a su gente, y encontró un lugar para su pueblo en las accidentadas y hermosas tierras de Los Baldíos. Allí fundó Durotar, en honor a su padre Durotan. Su capital fue Orgrimmar en honor a Orgrim Doomhammer. Después de varios meses, los orcos se quedaron en Durotar, los tauren se fueron a Mulgore y los trolls a las costas de Islas del Eco. Thrall conoció a Rexxar, un hijo de Mok'Nathal que había tratado de salvar a un explorador orco llamado Mogrin de un grupo de jabaespines, y traía el mensaje que este portaba. Thrall lo leyó cuidadosamente, entristecido por la muerte de Mogrin, y dio la bienvenida a Rexxar
A la recién coronada tierra. Rexxar agradeció el ofrecimiento, pero dijo que tendría que ganarselo. Thrall aceptó, y envió a Rexxar a hablar con diversos ciudadanos de Orgrimmar y ver qué podía hacer para ayudarles en sus tareas. También llamó a Rokhan, un cazador de sombras y mejor rastreador de Thrall, perteneciente a la tribu Darkspear para que ayudara a Rexxar al que se sumó más tarde a un maestro cervecero pandaren errante llamado Chen Stormstout, que andaba buscando ingredientes para su nueva invención. Tras la ayuda de Rexxar con los ingredientes, Chen se unió al troll y al Mok'Nathal, deseoso de aventura. Mientras, Thrall esperaba en Orgrimmar, ayudando a construir la ciudad. Rexxar realizó sus obras con éxito, y Thrall comenzó a respetar al maestro de bestias. Pero pronto llegó la mala noticia de que los humanos se habían instalado en las orillas de Durotar.
Thrall se preocupó, el trato que había pactado con Jaina le había proporcionado seguridad para no ser atacado pero después de varios encontronazos con humanos hostiles, se organizó una reunión entre Thrall y Jaina. Rexxar, oliéndose algún tipo de trampa, se ofreció a ir en lugar de Thrall. Finalmente todo resultó una farsa y lo que los emisarios humanos pretendían no era hablar sino matar a Thrall. Rexxar se encargó de ellos y regresó a Orgrimmar para informar al jefe de la Horda. Incapaz de concebir que Jaina lo hubiera traicionado, Thrall escribió una carta para que Rexxar la llevara a Theramore, con la intención de reunirse con Jaina. Sólo cara a cara podría estar seguro que se llegaría a un acuerdo que garantizara la paz entre las dos razas. Después de oír las noticias que Rexxar traía de parte del Almirante Proudmoore, el padre de Jaina, Thrall se dio cuenta que la única forma de evitar otra guerra era asaltar la base del almirante y matarlo. Con la ayuda de Rexxar, Thrall solicitó la ayuda de su viejo amigo Cairne y los tauren,
Así como los ogros quebrantarrocas de Stonemaul. Mientras preparaban el asalto a Theramore, Thrall fue informado de la presencia de barcos que bloqueaban cualquier acceso a la isla. Su frustración fue interrumpida por Jaina que se teletransportó al lugar, asegurando a todos que venía en son de paz. Jaina dijo desconocer los planes de su padre y se mostró excéptica ante el callejón sin salida en que se encontraba. Thrall le confesó que las acciones de su padre podrían destruir Durotar y que la única forma de garantizar la seguridad de la nueva nación era matándolo. Jaina comprendió la situación y expresó su deseo de ayudar, aunque eso conllevara la muerte de su padre. Le dio a Thrall indicaciones para llegar a un astillero goblin cercano que le podía proporcionar buques para destruir los barcos que bloqueaban la isla. Suplicó a Thrall que no dañara a sus hombres que solo seguían las instrucciones del Almirante, y que eran la única familia que había tenido después de la caída de Lordaeron. Thrall dio su palabra de que intentaría minimizar el derramamiento de sangre y aconsejó a Jaina que buscara un lugar donde ponerse a salvo cuando empezara la batalla. Usando los barcos adquiridos de los goblins, las fuerzas de Thrall lograron abrirse camino hasta la isla, donde se prepararon para enfrentarse a las fuerzas del Almirante. Rexxar, Rokhan, Chen y Cairne, lucharon directamente contra el almirante Daelin y al final lograron vencerlo. Antes de la batalla, Thrall trató de convencer al Almirante de que esta Horda, era diferente a la que hubo años atrás durante las dos guerras con los humanos, que no tenían ningún interés en la conquista ni en el asesinato. Proudmoore acusó a la raza de Thrall de genocidio, y de que nunca podría borrar las muertes que dejaron tras su asalto a Stormwind y Lordaeron. Confesó que nunca dejaría de luchar contra los orcos por lo que Rexxar, tal y como Thrall había predicho, se vio obligado a matarlo.
Tan pronto como cayó Daelin Proudmoore,
Rexxar proclamó que la batalla había terminado y ordenó a los humanos que depusieran sus armas. Jaina se arrodilló cerca al cuerpo de su padre tristemente preguntando por qué no la había escuchado. Rexxar intentando consolar el dolor de la hechicera, diciéndole que su padre fue un orguloso guerrero por encima de todo y que debía ser recordado como tal. Thrall anunció que la Horda respetaría a los supervivientes humanos y que él y su ejército abandonarían pacíficamente Theramore. Dicho y hecho, sus tropas se encaminaron de regresó a Durotar, dejando a Jaina guardar duelo por la muerte de su padre. Agradeciendo a Rexxar por todo lo que había hecho, Thrall le ofreció un lugar para establecerse permanentemente en Durotar, a lo que el semiogro educamente declinó. Rexxar poseía un carácter errante y su sitio no estaba tras los muros de una ciudad sino junto a la vida salvaje. Prometió a Thrall responder a la llamada de la Horda, siempre que necesitara de su ayuda y se despidió mientras la construcción de Orgrimmar seguía su curso. Por el momento todo iba bien.
El ciclo de odio:
Tras tres años, Orgrimmar había crecido de sobremanera. Sin embargo, ciertos incidentes menores entre los orcos de Durotar y los humanos de Theramore pusieron en peligro la estabilidad de la zona. Thrall y Jaina trataban desesperadamente de mantener la paz,
pero algunos miembros de la Horda escapaban a su control. Así, un jefe guerrero llamado Burx, formó un ejército de orcos y trolls y asaltó Northwatch Hold, el mismo lugar que Proudmoore usaba para sus investigaciones, cuya cercanía a Orgrimmar no gustaba a varios orcos que exigían desmantelarlo. Después de que la batalla empezara, Jaina contactó con Thrall revelándole que Burx servía en secreto al clan Burning Blade (Filo Ardiente)
cuya intención era acabar con la nueva Horda. Thrall se enfureció ya que esto significada que de nuevo, un orco estaba sirviendo a la Legión Ardiente ya que el Burning Blade estaba manipulado por un demonio llamado Zmodlor. Inmediatamente, el líder orco se presentó en mitad de la batalla y paró la contienda con la ayuda de algunos espíritus y pidió explicaciones a Burx. Cuando el guerrero protestó argumentando que actuaba según los intereses de la Horda, Thrall le hundió el cráneo con su martillo. Estos acontecimientos impulsaron a Thrall y a Jaina a darle un carácter más oficial a su relación de colaboración, firmando un tratado entre la Alianza y la Horda. A pesar del aumento de las tensiones del año anterior, las respuestas de los líderes de los orcos y los humanos habían detenido, aunque no completamente, la escalada de violencia y odio entre los miembros de ambas razas. A pesar de sus últimas victorias, Thrall sabía que debía permanecer más atento que nunca a los acontecimientos dentro de sus fronteras. Desde su fortaleza en el Valle de la Sabiduría de Orgrimmar, pronto tendría noticias de viejos familiares y amigos.
Encuentro con Varian:
Tras regresar de Draenor, Thrall se trajo consigo a Garrosh Hellscream, para que ejerciera como su consejero, cargo al que se unió más tarde, el maestro de gladiadores Rehgar Earthfury. Rehgar y Garrosh tenían puntos de vista diferentes que los hacían discutir bastante a menudo. Mientras Garrosh pretendía destruir a los humanos y conquistar Azeroth, Reghar prefería conservar el pacto de no-agresión vigente. Mientras, Jaina convocó a Thrall de manera repentina para una reunión importante donde le comunicó que el Rey Varian había vuelto a Stormwind tras mucho tiempo desaparecido.
Previendo la importancia de las consecuencias futuras, Thrall decidió reunirse con el líder de los humanos, junto a sus consejeros Rehgar y Garrosh y un destacamento de la guardia Kor'kron. Reghar recomendó a Thrall dejar a Garrosh en Orgrimmar dado su odio a los humanos pero el Jefe de Guerra pensó que sería una buena idea que Garrosh reconsiderara su actitud, estando presente en un encuentro pacífico con aquellos a los que no profesaba simpatía. Thrall viajó en zeppelin a Theramore, donde discutió con Varian algunos aspectos básicos en los que ambos saldrían ganando. Hablaron de su pasado y de los problemas por acceder a determinados recursos naturales.
Los orcos necesitaban madera, por cuya posesión se hallaban en eterna disputa con los elfos nocturnos mientras que los humanos necesitaban cobre. Varian le ofreció a Thrall un intercambio si incluía además algunas pieles exóticas. Tras la negociación, Varian se excusó al tener que irse de inmediato a Goldshire y Southshore que estaban siendo amenazadas por el Azote. Mientras salía de Theramore, el Clan Twilight's Hammer invadió la ciudad por lo que tanto la Horda como la Alianza se dispusieron a defender el enclave humano. Varian reparó en la presencia de Garona, lo que le llevó a pensar que Thrall la había mandado allí para asesinarle tal y como hizo el Shadow Council en el pasado con su padre, el Rey Llane. A medida que la batalla se prolongaba, el clan Twilight's Hammer empezó a avanzar posiciones. Med'an, el hijo de Garona que se encontraba en Theramore como representante del Concilio de Tirisfal, entró en acción para proteger a su madre mientras los miembros del culto oscuro, la dejaban morir mientras pretendían secuestrarlo. Garrosh culpó a la Alianza del ataque mientras que Varian hizo lo propio con la Horda; responsabilizando personalmente a Garrosh. Thrall, Rehgar, Valera y Jaina sin embargo confiaban los unos en los otros y empezaron a pensar en otra solución para los inminentes ataques del Azote y del Clan Burning Blade. Este ataque minó las buenas intenciones iniciales con que se iniciaron las conversaciones entre Thrall y Varian, sembrando la desconfianza mutua entre orcos y humanos. Cuando todo hubo acabado, Thrall partió de vuelta hacia Orgrimmar.
Ecos de Condena:
Duelo entre Thrall y Garrosh cuando Thrall llegó a Orgrimmar descubrió que Arthas, el Lich King había ejecutado su plan de crear una Plaga.
Sin embargo el Gran Boticario Putress había encontrado una cura a partir de la plaga original del Azote. Viendo la importancia de la amenaza, Thrall se reunió con Lady Sylvanas Windrunner, Garrosh Hellscream, Varok Saurfang, el propio Putress y Rehgar Earthfury en Orgrimmar para discutir los próximos movimientos contra el Azote. Garrosh propuso reunir a todo el ejército de la Horda y destruir a los humanos, para después marchar a Northrend donde luchar contra el Azote. Thrall, enfadado con su propuesta ya que los humanos no eran ahora mismo la principal amenaza y no podían estar dando palos de ciego cuando se trataba de luchar contra el ejército del Rey Exánime. Tras consultar Saurfang y a los espíritus, estos se mostraron más cautos a la hora de abordar el problema: una avanzadilla exploraría el continente helado antes que el grueso de las tropas de la Horda mientras que mantendrían el contacto con Jaina Proudmoore para averiguar cómo iba la Alianza a actúar y coordinar una actuación conjunta. Thrall le dijo a Garrosh que pensara con cabeza fria, a no ser que quisiera cometer los mismos errores que su padre. Enfurecido Garrosh reto a Thrall a un duelo pero Thrall le dijo que no tenia tiempo para tonterias. Garrosh lo provoco diciendo que el hijo de Durotan era un cobarde, Thrall enfurecio y acepto el desafio y ambos combatieron en el Ring of Valor de Orgrimmar.
Los dos orcos lucharon hasta que llegó un momento en que parecía que Garrosh había cobrado ventaja. Cuando trataba de incitar a Thrall, la batalla se interrumpió por la llegada de un Heraldo del Lich King amenazando con destruir Orgrimmar. Al oír esto, Thrall usó un Chain Lightning sobre Garrosh y ambos abandonaron la arena prometiendo acabar la disputa más tarde. La capital orca estaba siendo atacada por un incontable número de abominaciones y frost wyrms junto a un reducido número de Death Knights. Thrall lideró a la Horda repeliendo el ataque del Azote con la ayuda de Saurfang, Sylvanas, Garrosh, Reghar, y algunos aventureros que se encontraban en ese momento en la ciudad. Tras el intento fallido de tomar la ciudad, Garrosh volvió a pedirle a Thrall que lo mandara a Northrend, a lo que esta vez el jefe de guerra accedio. Garrosh seria el comandante de la Warsong Offensive, el principal ejercito de la horda en Northrend.
Paz rota:
Thrall y Jaina observan luchar a Garrosh con Varian.
Tan pronto como las fuerzas de la Alianza y de la Horda iniciaron conjuntamente su asalto a la puerta de Angrathar estalló una rebelión en Entrañas. Varimathras y su horda de demonios recorrieron la ciudad matando a todos los que se opusieran a su control. Sylvanas casi muere en medio de la confusión, pero se las arregló para escapar junto a algunos siervos leales hacia Orgrimmar. Decididos a no permitir a los Señores del Terror pisar territorio de la Horda, Thrall y Sylvanas planearon un contraataque inminente, pero Jaina Proudmoore llegó con terribles noticias: a raíz de la muerte de Bolvar Fordragon, Varian Wrynn había dado órdenes de asaltar Undercity, para llevar ante la justicia a Putress, su asesino y de paso reconquistar la antigua capital de Lordaeron para la Alianza. Thrall, junto con Sylvanas y Vol'jin lideraron el asalto a Undercity en nombre de la Horda. Después de luchar contra los renegados rebeldes y demonios en su interior, consiguieron matar al traidor de Varimathras.
Sin embargo la euforia de la victoria desaparecieron pronto cuando el rey Varian Wrynn, que acababa de matar a Putress, y que había oído los gritos victoriosos de los orcos, fue a su encuentro y se enfrentó a Thrall al que le advirtió que nunca se podría alcanzar la paz después de descubrir el horror que habían creado los Forsaken en Undercity. La horda y la alianza se enfrentan pero en ese momento Jaina aparece y se lleva a Varian y sus hombres lejos de la batalla, teletransportandolos de vuelta a Stormwind. Thrall lamenta el derramamiento de sangre infructuoso y se pregunta que hacer ahora, pero Varok Saurfang le recuerda que debe ser fuerte y que ante todo su deber es proteger y guiar a su pueblo.
Los secretos de Ulduar:
Thrall viaja a la ciudad violeta de Dalaran en compañia de Garrosh Hellscream por pedido de Jaina Proudmoore. Alli se enteran de que uno de los dioses antiguos, Yogg Saron,
ha despertado
En las antiguas salas de Ulduar y que el Kirin Tor requiere la ayuda de la alianza y de la horda para detenerlo. Thrall y Garrosh se dirijen a la sala de reuniones para hablar con Rhonin, lider del Kirin Tor, pero lo encuentran hablando con el rey Varian Wrynn, alli Garrosh insulta a la alianza y Varian lo provoca para pelear. Thrall le dice a Garrosh que se controle pero el orco se abalanza sobre el rey humano. Luego de un momento Rhonin los separa con un hechizo y les advierte que deben dejar esas absurdas rivalidades y trabajar juntos pero tanto Garrosh como Variann se niegan. Garrosh en concreto dice que "un verdadero jefe de guerra nunca ayudaria a los cobardes" mientras que Variann le recuerda a Rhonin la tragedia en la Puerta de la Colera, luego se marcha. Thrall le dice a Garrosh que le decepciona su comportamiento pero a este no le importa en lo absoluto y se marcha. Rhonin y Jaina lamentan como termino todo y se preguntan que haran ahora. El dios antiguo es una gran amenaza, pero a pesar de las intenciones del Kirin Tor, la Alianza y la Horda lo enfrentaran por separado.
La nueva apariencia de Thrall:
Thrall abandona sus labores de Jefe de Guerra para unirse al Earthen Ring. Durante su ausencia, nombra a Garrosh como Jefe de Guerra de la Horda. Aparte la apariencia de Thrall cambiara, dejando de llevar su característica armadura para llevar ropas mas acordes para un chamán. Después de mantener durante un largo tiempo la falla que separaba a Azeroth y a Infralar, Thrall consigue recuperar el Alma de Dragón, la única arma capaz de destruir a Alamuerte, y así, con ayuda de los dragones, derrotó al Destructor.
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